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¿Mamografía? Cada dos años, a partir de los 50

19/01/16 

Un panel de expertos independiente de Estados Unidos confirma que el cribado idóneo con mamografía en mujeres sin riesgo significativo es bienal‚ desde los 50.

 

El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos (Uspstf), un panel de expertos independientes, ha publicado sus recomendaciones sobre el cribado del cáncer de mama con mamografía en Annals of Internal Medicine. Estos especialistas han examinado voluntariamente la literatura científica para determinar los beneficios y daños del cribado en mujeres que en principio no tienen un riesgo elevado de desarrollar el tumor de mama.
Las conclusiones de esa revisión confirman que el cribado con mamografía reduce con eficacia las muertes por cáncer de mama entre las mujeres de 40 a 74 años. El mayor beneficio se obtiene en féminas de 50 a 74 años, sobre todo cuando el cribado se realiza cada dos años. Esta conclusión tiene un grado de recomendación B (científicamente se prueba que los beneficios del cribado son mayores que los riesgos potenciales).
En las mujeres que están en su cuarta década de vida, el Uspstf encuentra que el cribado cada dos años también puede ser eficaz, si bien la probabilidad de obtener un beneficio de la prueba es menor que a partir de los 50, y en cambio los daños potenciales son proporcionalmente mayores. Por ello, recomienda que la decisión de empezarlo a una edad más temprana debiera ser individual, teniendo en cuenta la historia de salud de la mujer, sus preferencias y con la información de potenciales beneficios y daños.
Aquéllas que tienen una familiar directa con cáncer de mama sí que pueden beneficiarse más que otras mujeres si inician el cribado antes de los 50. La recomendación tiene un grado C (científicamente se muestra que hay beneficios, pero el balance entre éstos y los riesgos está muy cercano, por lo que el médico debe plantearse con cada paciente qué hacer).
El daño más grave que puede causar el cribado es recibir un tratamiento por un tipo de tumor que no va a suponer ningún riesgo vital; el perjuicio más frecuente es el falso positivo, con lo que ello conlleva pruebas adicionales, como la biopsia, y la ansiedad innecesaria que genera en las pacientes.
Finalmente, los expertos no han podido establecer cuál es la mejor opción en tres situaciones: el cribado a partir de los 75 años; efectuar pruebas adicionales en las mujeres con mama densa, y el empleo de la mamografía digital tridimensional (3D) en la detección del cáncer.
Además de estas conclusiones, Annals of Internal Medicine publica otros trabajos sobre el cribado, cuyos resultados han servido también en esta revisión.
Falsos positivos en mujeres jóvenes
Las mujeres más jóvenes y aquéllas con factores de riesgo de cáncer de mama que se someten a una mamografía digital presentan falsos positivos con más frecuencia que la media. En cambio, no se registra un número elevado de biopsias y las tasas de falsos negativos es baja.
Así concluye un análisis, con Heidi Nelson (Universidad Ciencia y Salud de Oregón) como primera autora, sobre datos de 400.000 mujeres de entre 40 y 89 años, donde se establecían las tasas de falsos positivos y falsos negativos en la mamografía digital, así como la realización de pruebas de imagen adicionales y biopsias.
Cribado bienal y riesgo de radiación
Empezar el cribado cada dos años a partir de los 50 años reduce el riesgo de cáncer de mama inducido por radiación. Las mujeres con mamas grandes o con implantes mamarios tienen más riesgo de ello, determina un estudio encabezado por Diana Miglioretti (Universidad de California en Davis).
En general, la mayoría de las mujeres tienen un riesgo bajo de cáncer por radiación, pero la probabilidad aumenta entre las mujeres con mamas grandes, porque necesitan una mayor exposición a las dosis.
El trabajo halló que el cribado bienal de 100.000 mujeres de entre 40 y 74 años evita 627 muertes. La exposición a radiación derivada de estas pruebas puede originar 27 casos de cáncer de mama y cuatro fallecimientos.
El cribado anual realizado entre los 40 y los 74 años multiplicaba por cinco esos riesgos, y añadía otros cien tumores por radiación y otros doce fallecimientos por esta causa.
Además, el riesgo se incrementaba entre las mujeres con mamas grandes, que recibían 2,3 veces más radiación que aquellas con mamas pequeñas. Esa mayor dosis supuso 57 casos de cáncer y 10 fallecimientos en cada 100.000 mujeres de entre 50 y 74 años estudiadas bienalmente. Aunque no se exponía específicamente en el estudio, los implantes mamarios también elevaban el riesgo, al duplicar la dosis de radiación.
Mama densa
Los criterios que definen la mama densa no están bien establecidos. En el estudio anterior de la Universidad de California en Davis, se establece que un 22 por ciento de las mujeres con mama densa se reclasifican con mama no densa y viceversa en mamografías consecutivas.
El trabajo no se muestra concluyente a la hora de recomendar realizar pruebas adicionales a la mamografía en estas pacientes: no hay estudios suficientes, y a largo plazo, sobre estas mujeres que muestren si los beneficios de efectuar una prueba de imagen complementaria superan a los riesgos de falsos positivos y tratamientos innecesarios.
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