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Noticias médicas

El ejercicio físico mejora el funcionamiento de la atención 11/10/2011

11/10/11 

El ser humano es capaz de orientar la atención de forma automática o refleja hacia los estímulos novedosos, no esperados o potencialmente peligrosos que aparecen de forma súbita en su entorno. A esta manifestación de la atención se la conoce como orientación atencional. En condición de reposo, respondemos de una forma más rápida y precisa cuando el estímulo desencadenante aparece en un lugar señalado que cuando lo hace en una posición no señalada anteriormente. Sin embargo, esto no es siempre así, ya que el funcionamiento de la orientación atencional depende del intervalo de tiempo (denominado asincronía entre la aparición de los estímulos o SOA, por su sus siglas en inglés) que transcurre entre que se detecta la señal no informativa y aparece el objetivo al cual se debe de responder. Así, si el SOA es menor de 300 milisegundos, aproximadamente, se obtiene el beneficio citado (facilitación), mientras que si el SOA es de mayor duración, el efecto se invierte y respondemos de manera más rápida o precisa ante objetivos presentados en un lugar diferente a la ubicación en que se presentó la señal-efecto que se denomina inhibición de retorno.

Un estudio dirigido por Daniel Sanabria, del Grupo de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Granada, con investigadores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte del mismo centro, y del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Católica de Valencia (UCV), ha analizado el impacto del esfuerzo físico moderado en la capacidad del ser humano para adaptar su orientación espacial a las demandas del entorno. El trabajo ha revelado que ese ejercicio mejora el funcionamiento de la reorientación de la atención a zonas previamente exploradas. El estudio Efecto de un ejercicio aeróbico puntual sobre la atención espacial exógena, publicado en el último número de Psychology of Sport and Exercise, confirma que esa mejora no se produce solamente durante su realización, sino que perdura durante un intervalo de tiempo variable después del fin de la actividad.

Atención previa y futura
Según ha explicado a DM Florentino Huertas, miembro del grupo de la UCV, el estudio ha confirmado que "el ejercicio aeróbico mejora la capacidad del sistema atencional para redirigir sus recursos a zonas previamente atendidas, lo que supone potenciar tanto la eficiencia la recogida de información como la capacidad para responder de manera más eficaz ante estímulos que aparecen de forma súbita en nuestro campo visual".

En la primera fase, 20 estudiantes se sometieron a un test de esfuerzo para evaluar su condición física. A continuación, en días diferentes, realizaron una tarea atencional en diferentes condiciones: -en reposo, mientras realizaban un ejercicio de pedaleo aeróbico de intensidad moderada y, tras la finalización del ejercicio, una vez recuperada la frecuencia cardíaca (FC) de reposo.

"En las sesiones experimentales se monitorizó la (FC) de los participantes y se tomaron muestras de lactato sanguíneo para controlar las condiciones de es fuerzo a las que se desarrollaba la tarea de orientación atencional. Ésta consistía en la presentación de diferentes estímulos visuales en un monitor para evaluar la capacidad de orientación y reorientación atencional a estímulos visuales en las diferentes condiciones de actividad indicadas". Tras analizar los resultados, se apreció que mientras el efecto de facilitación se mantenía constante "en todas las condiciones de actividad estudiadas, la inhibición de retorno dejó de ser significativa durante y después del esfuerzo".

Lo novedoso es que, tras la vuelta del participante a la condición de reposo, "la adaptación del sistema atencional perdura". APOYO

ACTIVIDAD FÍSICA Y BENEFICIOS COGNITIVOS A LARGO PLAZO
Aunque existen muchos estudios sobre los efectos a largo plazo de la práctica regular de actividad física-deportiva sobre el funcionamiento cognitivo, son pocos los que han profundizado en cómo las sesiones de ejercicio físico puntual afectan a los procesos atencionales y presentan muchas discrepancias. Desde 2007 investigadores de la universidades de Granada y Católica de Valencia colaboran estrechamente en el desarrollo de investigaciones que han analizado las relaciones entre las manifestaciones de la actividad física, el deporte y tipos de esfuerzo sobre el funcionamiento cognitivo, y, en concreto, las funciones atencionales. Al margen del estudio publicado, Huertas ha destacado que están realizando otro trabajos que "permitirán dilucidar el tiempo y la magnitud de la permanencia de estos beneficios sobre el sistema cognitivo. Los efectos positivos de la práctica de ejercicio, sobre todo aeróbico, sobre distintos sistemas funcionales, también se extienden al funcionamiento de distintas capacidades cognitivas, como es el caso de la atención. En la línea de otros estudios previos, sugerimos que la práctica regular de ejercicio aeróbico permitirá mantener y mejorar el funcionamiento de ciertas funciones cognitivas, lo que puede ser relevante para poblaciones con alteraciones en estas funciones (Alzheimer, demencias, trastornos atencionales…)".