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Noticias médicas

Prueban que la obesidad causa daño a la memoria 22/01/2013

24/01/13 

Si bien es común que la obesidad aparezca asociada a daños colaterales como la diabetes, la hipertensión y enfermedades cardíacas, una nueva investigación científica acaba de probar que también es culpable de algunos deterioros cognitivos, como la pérdida de memoria, lo que tambien está en concordancia con otro estudio que señaló que el exceso de peso agrava el déficit cognitivo y los daños en el cerebro vinculados al mal de Alzheimer.

El más reciente de los estudios fue publicado en la revista especializada “Neurology”. El grupo de científicos que lo llevó adelante se dedicó durante diez años a analizar la evolución cognitiva de más de 6.400 personas obesas de entre 35 y 55 años.

Durante la prueba de memoria, las personas cuyo índice de masa corporal era igual a 20 pudieron retener en su memoria aproximadamente nueve palabras de un total de 16, mientras que aquellas cuyos IMC eran igual a 30, apenas lograron recordar siete de las palabras que les fueron mencionadas previamente.

Para el seguimiento de la experimentación, se tomaron en cuenta factores como el índice de masa corporal (IMC) y otros relacionados al sobrepeso. Todos los participantes fueron sometidos hasta a tres pruebas neurológicas para conocer su estado cognitivo con el pasar de los años. Uno de los resultados demostró que la puntuación en las pruebas neurológicas cayó un 22,5% más rápido en las personas obesas o con metabolismos patológicos, que en las de peso normal.

“Hay una invasión de tejido adiposo dentro del tejido neuronal que transforma al cerebro en un órgano graso”, concluyeron los científicos.

Para el doctor Máximo Ravenna, médico nutricionista y psicoterapeuta, existe una doble explicación de esta situación relacionada con la desconcentración y la pérdida de la memoria.

“Por un lado -señaló- se habla de consecuencias psicológicas y conductuales, y por el otro se destacan las físicas y orgánicas propiamente dichas”.

“Con relación al primer grupo -destacó el especialista- una persona con mucha obesidad es hiperactiva y cae en conductas compensatorias para sobrevivir a las dificultades que atraviesa y que la hacen estar dispersa y que no pueda focalizarse en nada, disminuyendo generalmente la memoria reciente y ampliando, contrariamente, los recuerdos retrógrados y melancólicos que salen a la luz ante la imposibilidad de vivir plenamente el ahora. Hay que tener en cuenta que la obesidad es una situación de estrés extremo, porque el estado permanente de mantener un cuerpo que no es normal genera un deterioro y un gasto mental muy importante”.

Respecto al segundo grupo, Ravenna explica que “la obesidad conlleva a una invasión de tejido adiposo en la zona del cerebro que deriva en una inflamación tal como ocurre con el hígado, los pulmones, etc. Incluso se pueden tapar las arterias cerebrales que suelen ubicarse en la sustancia blanca del cerebro, en donde se encuentran los cables neuronales y, al taparse, se impide la transmisión a las neuronas ubicadas en la sustancia gris”.

“Esta situación -agregó- requiere que el sistema inmunológico se defienda, y todo lo que es defensa genera un desgaste importantísimo sobre el organismo y le resta energía al resto del funcionamiento mental y corporal”.