01/12/15
La famosa y mal llamada "panza cervecera" –ya que la cerveza no es su único ni principal causante– es la peor enemiga de aquellos que han pasado los treinta años y experimentan el proceso en el cual el metabolismo se hace más lento y por lo tanto tardan más en quemar calorías.
En las mujeres, las grasas se acumulan principalmente en las caderas, los muslos y los glúteos, pero en los hombres se dirigen directo hacia la cintura aunque se trate de personas con brazos, piernas y aspecto delgado.
Los médicos suelen determinar la obesidad con el índice de masa corporal (o IMC) –mediante un cálculo entre la altura y el peso– pero esta ecuación no distingue entre la grasa propiamente dicha y el peso muscular magro.
Una medida complementaria probablemente más precisa sea dividir el radio de la cadera por el radio de la cintura, ya que esto da cuenta de la obesidad central, o grasa visceral, es decir, la grasa acumulada alrededor de los órganos internos. Para la Organización Mundial de la Salud, una proporción superior a 0,90 para los hombres o 0,85 para las mujeres define la presencia de obesidad central.
Los riesgos de la "pancita"
Es sabido hace tiempo que tener un cuerpo en forma de "pera" aumenta el riesgo de enfermedad y muerte. Un nuevo estudio llevado adelante por el doctor Francisco López Jiménez, autor principal y profesor de medicina en la
Clínica Mayo, descubrió que
un hombre de IMC normal pero con panza "cervecera" tiene al menos un riesgo de muerte 87% mayor que un hombre con el mismo índice de masa corporal pero con una relación normal entre el radio de cintura y cadera.
Los investigadores utilizaron datos de 15.184 hombres y mujeres mayores de 18 años que fueron examinados durante un promedio de más de 14 años, durante el cual hubo 1.404 muertes por enfermedades cardiovasculares. Las asociaciones entre la cintura y la cadera que mostraban un riesgo mayor se mantuvieron incluso después de controlar el tabaquismo, los antecedentes de ataques al corazón o diabetes, etnia, pobreza, niveles de lípidos en sangre, entre otros factores.
El estudio, publicado en la revista
Annals of Internal Medicine, reveló entonces que
las personas con peso normal pero con obesidad central tienen peor supervivencia a largo plazo que cualquier persona de cualquier peso con una distribución normal de grasa. Esto puede ayudar a explicar la "paradoja de la obesidad" que, luego de varios estudios que demuestran que las personas obesas no están directamente relacionadas con ciertas enfermedades mortales, creó la falsa idea de que la obesidad parece "proteger" a algunas personas.
"Las personas con peso normal de acuerdo a su IMC no pueden estar seguras de que no tienen problemas de salud relacionados con la grasa", dijo López Jiménez. "Tener un peso normal no es suficiente. Es bueno sólo si la distribución de la grasa es saludable".
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