Noticias médicas
09/12/25
Cuando las semillas de chía se hidratan forman un gel espeso llamado mucílago, rico en fibra soluble. Consumir este gel es seguro y puede potenciar los beneficios de la chía, de acuerdo con diversas fuentes de salud como Harvard Health Publishing.
Mejora la digestión y favorece el tránsito intestinal.
Aumenta la saciedad, ayudando a controlar el apetito.
Ralentiza la absorción de carbohidratos, lo que favorece el control glucémico.
Resulta más suave para personas sensibles a los alimentos muy fibrosos, evitando molestias gastrointestinales que pueden aparecer si la chía se consume seca.
Las semillas de chía son ricas en ácidos grasos omega-3 (ALA), esenciales para la salud cerebral y cardiovascular. También aportan una gran cantidad de fibra dietética: alrededor de 9,8 g por cada 28 g (2–3 cucharadas).
La fibra presente en la chía contribuye a:
Reducir colesterol LDL y triglicéridos.
Aumentar el colesterol HDL.
Disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.
Mejorar el tránsito intestinal y aliviar el estreñimiento.
La chía es versátil y fácil de usar. Podés añadir 1 o 2 cucharadas a:
agua o jugos
yogur o cereales
ensaladas
batidos
sopas
masas de panqueques (integrales) o preparaciones de desayuno