24/08/11 

Uno de cada cuatro adultos americanos toma medicamentos para reducir el colesterol (se considera elevado a partir de 160 mg/dL). David Jenkins ha liderado un estudio para comprobar el efecto que tendría un cambio en la dieta cuyo fin fuera reducir el número de LDL sin ayuda de las estatinas. "No hay duda de que las estatinas han marcado un antes y un después en cuanto al control de las enfermedades vasculares, en esta investigación se comprueban los efectos que produce un cambio más saludable de los hábitos alimenticios", apunta Jenkins.

Los investigadores seleccionaron a 351 canadienses y los dividieron en tres grupos según su grado de colesterol. El primer grupo recibió asesoramiento nutricional acerca de una dieta baja en grasas saturadas durante seis meses; mientras que en los otros dos grupos, los dietistas ayudaron a los participantes, que eran vegetarianos, a reducir su colesterol a través de una dieta basada en alimentos como leche de soja, tofu, nueces, avellanas, guisantes o frijoles. Estos voluntarios consumían un gramo de esteroles vegetales en una margarina enriquecida por cada 1.000 calorías, 10 gramos de fibra en forma de avena, cebada y psyllium; 22,5 gramos de proteína de soja y 22,5 gramos de nueces, por cada 1.000 calorías.

Trascurridos seis meses, los voluntarios con una dieta baja en grasas saturadas vieron reducido su colesterol LDL en un promedio de 8 miligramos por decilitro (mg/dL); mientras que los pacientes que siguieron una dieta más controlada basada en determinados alimentos vieron disminuido su colesterol en 24 o 26 mg/dL. A la vista de los resultados, se comprueba que la dieta es un factor muy importante a considerar, aunque los pacientes suelen pensar que el tratamiento con estatinas les permite comer alimentos ricos en grasa.

Jenkins aboga a que en futuras investigaciones se aborde la relación existente entre la dieta y las estatinas para disminuir el LDL, tanto en aquellos pacientes interesados o no en ajustar sus hábitos alimenticios.