Noticias médicas
30/08/11
En el estudio, que ha sido publicado en Child Development, los autores analizaron a 265 parejas de madres-hijos de renta baja de Pittsburgh, Pensilvania, desde que los niños tenían cinco años y durante la adolescencia. Para cada una de las parejas, los investigadores observaron el vecindario de la familia, la relación de la madre con su pareja sentimental, la calidad de cuidado que las madres proporcionaron a sus hijos y el temperamento del niño. También evaluaron el nivel de conflictividad y la calidez entre madres e hijos, la delincuencia de los niños, la relación con los amigos y el sentido de la moral durante la adolescencia.
Las madres de los chicos que tenían mal comportamiento durante la infancia, tenían una relación con sus hijos llena de conflictos y cada vez el vínculo era menos estrecho. Cuando las madres tenían mejores relaciones con sus parejas, tendían a formar lazos más estrechos con sus hijos que se prolongaron durante toda la infancia y la adolescencia. Los que vivieron gran cantidad de conflictos con sus madres fueron más propensos a involucrarse en comportamientos delictivos durante la adolescencia. Por otro lado, los jóvenes que tuvieron una relación estrecha con sus madres eran más propensos a tener una mejor relación con sus mejores amigos durante la adolescencia.
"Estos resultados sugieren que adaptarse a la transición entre la niñez y la adolescencia requiere que los padres y los niños mantengan una relación estrecha y que minimicen los conflictos", según Christopher Trentacosta, autor principal del estudio de la Universidad de Wayne.