Noticias médicas
01/09/11
Esta es la conclusión del estudio que se ha presentado en el Congreso Anual de la Sociedad Europea de Cardiología, celebrado en París (Francia).
"Nos preguntamos qué diferencias podrían derivarse de ver una película divertida, que haga reír a la gente, de otra más seria o que genere estrés", explica Miller. Para descubrirlo, dividieron a los participantes en dos grupos: unos vieron Algo pasa con Mary y otros Salvad al soldado Ryan. Los investigadores observaron síntomas de vasoconstricción en el segundo grupo, lo que hizo que se redujera su flujo sanguíneo, confirmando que el estrés estaba ligado con el estrechamiento de los vasos sanguíneos. En las personas que vieron la primera película se produjo el efecto contrario: los vasos sanguíneos se dilataron.
Tras hacer más de 300 mediciones, los autores del estudio concluyeron que el diámetro de los vasos sanguíneos en uno y otro grupo había cambiado: el del grupo que se había reído viendo la película se había ampliado entre un 30 y un 50 por ciento, en comparación con el otro. Según Miller, estas modificaciones producidas en el endotelio se asemejan a las generadas por el ejercicio aeróbico o por el consumo de estatinas. "Las endorfinas son importantes y ahora entendemos su influencia en el endotelio", comenta. "Hay un diálogo establecido entre el cerebro y el corazón y, por lo tanto, entre las emociones y la salud cardiovascular. Esto implica que una parte de la prevención de estas enfermedades puede hacerse desde ahí".
El estudio confirma lo que ya sugería otra investigación hecha diez años antes, en la que se analizó el carácter de 300 hombres y mujeres (algunos con patologías cardiacas y otros sanos) mediante un test. Los participantes que sufrían una cardiopatía reaccionaban un 40 por ciento peor a las situaciones.
A pesar de los resultados, Miller señala que son necesarios más estudios que determinen hasta qué punto las emociones positivas reducen los eventos cardiovasculares.